martes, 25 de octubre de 2011

La República Romana


La República Romana



En el siglo I a.C., Roma vivió una fuerte agitación social y fue gobernada por generales que compaginaban las tareas del gobierno con la dirección de las campañas militares en el exterior.



Esta época estuvo también llena de intentos reformistas que acabaron en fracasos, como la distribución de tierras a los pobres impulsada por los hermanos Cayo (153-121 a.C.) y Tiberio Graco (161-133 a.C.)
El Primer triunvirato y el gobierno de César

Para frenar estas reformas, la oligarquía romana cedió el gobierno a Lucio Cornelio Sila (138-78 a.C.), el cual, tras aplastar a los partidarios de Mario (157-86 a.C.), actuó como dictador y modificó la constitución a favor de los patricios.

A Sila le sucedió su yerno Pompeyo (106-48 a.C.), insigne militar que, además de incorporar Siria, Judea, Creta y el Ponto, supo pacificar Roma y terminar con la guerra de Asia. Cuando Pompeyo regresó de sus campañas, formó el primer triunvirato con Julio César (100-44 a.C.) y Craso (115-53 a.C.). César recibió el mando de las Galias y la Iliria; en dos años sometió las Galias, atravesó el Rin y realizó dos expediciones a las islas Británicas. Muerto Craso, la enemistad entre Pompeyo y César se agudizó hasta desembocar en una auténtica guerra civil, en la cual los ejércitos de César se impusieron a los ejércitos de Pompeyo.


Julio César tuvo entonces las manos libres para restaurar un régimen dictatorial, acumulando todo tipo de títulos y privilegios propios de un monarca oriental.
En esta situación abundaron las conjuras de los partidarios de Pompeyo y de los senadores, descontentos del cariz que estaba tomando la República con las reformas de César, hasta que, con el concurso de su hijo adoptivo, Bruto, lo apuñalaron en el senado en el año 44 a.C. no obstante, los asesinos de Julio César no pudieron restaurar la tradición republicana.
El segundo triunvirato: el ascenso de Octavio al poder

Tras el asesinato de César, la dictadura recayó en manos de su jefe de caballería, Marco Antonio (83-30 a.C.), pero pronto entró en escena Cayo Octavio (63 a.C.-14 d.C.), sobrino de César.

Después de un año de guerras civiles, Octavio propuso a los otros cónsules, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido (muerto hacia 13 a.C.), la formación del segundo triunvirato, que sentenció, con su victoria en filipos (42 a.C.), las últimas reacciones republicanas. Pasados cinco años de triunvirato, estalló la guerra entre Octavio y Marco Antonio.


Lépido había quedado progresivamente arrinconado y Marco Antonio se hallaba desprestigiado por ser considerado en Roma como un juguete en manos de la reina Cleopatra de Egipto. La decisiva batalla naval de Actium (31 a.C.) se saldó con la victoria absoluta de Octavio. Antonio y Cleopatra, perseguidos por Octavio hasta Egipto, se suicidaron y éste regresó triunfante a Roma en el año 29 a.C., y estableció la paz del Imperio, que duró un largo período.

No hay comentarios:

Publicar un comentario